Fin de finde triste

Vaya fin de semana. No he parado en casa ni 5 minutos. Entre unas cosas y otras aquí los días se te pasan hablando con gente, tomando café (café malo, pero que le vamos a hacer)y yendo de un sitio para otro.

El viernes por ejemplo nos dedicamos a preparar el cumpleaños de Chiara (una italiana) y se me fue todo el día en ello. Además por la noche tocaba concierto de Jazz. Llegué tarde como siempre y cuando entré al Ayuntamiento (mi primera vez allí) me encontré con toda la gente. Cuando me enteré de que el precio de la entrada era de 6€ me cambió la cara porque pensaba que iba a ser gratis.Antes del concierto estaba algo mosqueado porque el Jazz no me hace mucha gracia y pagar por un concierto, pues no era una idea acertada sabiendo que con eso podía entrar al Giggling y me sobraba 1€. Pero al final resulta que me gustó. No fue una mala idea hacer algo diferente por una vez, algo más, ..., más cultural. Después por cierto, nos fuimos al Giggling, sitio en el que tengo que preguntar si hay alguna tarjeta de socio o algo así porque paso más tiempo allí que en las clases y no es broma!!!



El sábado de resaca y ya tarde me dediqué a lavar ropa, que buena falta hacía, a hacer la compra y por la tarde me fui a Hukanhauta a la fiesta de cumpleaños de Chiara. A las 6 había quedado con los hukanhautaneros para ir a la sauna. Hacía tiempo que no iba. Valentina la muy pícara llevó la cámara y estuvo haciendo fotos por ahí. Esas fotos son algo peligrosas, jajaja!!! Hoy las he estado viendo ..., ya las pondré cuando me las pase!!! Después de la sauna volvimos al piso de Erik para preparar todo. La verdad es que Chiara y demás gente ya había hecho casi todo. Lisa (la alemana) preparó un pastel de manzana aleman que estaba riquísimo. Comimos comida mexicana (no la auténtica que para eso estuve medio año viviendo con dos chicos de Tijuana). A lo último le dimos la sorpresa con la tarta y los regalos y nos subimos al piso de arriba que había fiesta en casa de las polacas. Justo cuando llegamos se empezaba a ir la gente, y eso que solo eran las 12. Así que quedamos los que siempre cerramos los garitos de Joensuu, los más fiesteros del lugar. Una cosa curiosa es que alguien cogió un lápiz y se dedicó a pintar la mesa de la casa. Al final de la noche apareció toda grafiteada de lápiz, así que Ágata (una de las polacas de la casa), cogió film transparente y decidió preservarla.

Al día siguiente y después de haber dormido en casa de Erik en el saco de dormir de Lisa, a la que tuvimos que despertar a las 4:30am para pedírselo, me levanté con un dolor de espalda tremendo. Comimos algo el Stefan (que también se quedó a dormir) el Erik y yo de lo que encontramos por la nevera y yo volví a Noljakka. Después a las 3 había partido de fútbol. Esta vez hacía mejor tiempo y vino más gente. Después a las 7 y tras haber sufrido diversas caídas en el partido, volví a Hukanhauta porque Ágata nos invitó otra vez a su casa para hacer una postreunión de la fiesta. Tomando café vimos también por supuesto el mundial de Fórmula 1. Bueno, casi lo vi yo en exclusiva mientras la gente se acercaba para preguntar qué tal. Al final no pudo ser y me llevé una decepción muy grande porque alonso lo tuvo en sus manos. Casi me pongo a llorar delante de todos porque estaba casi hecho, pero bueno, a seguir con la vida erasmus. El consuelo menor es que el Hamilton no ganó y por lo menos Raikkonen que es de la tierra pudo alzarse con el campeonato. Por cierto, que fríos serán los finlandeses que cuando volvía a casa desde hukanhauta no se escuchaba ni un alma por la calle. Esto no sucede en otros países. Vamos, llega a ganar Alonso y ya me ves a mi armando mas bulla que todo Joensuu junto.